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Valoración media
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Hicimos la ruta Poncebos-Bulnes andando y comimos en este restaurante en Bulnes, antes de volver. Estaba bastante lleno cuando llegamos (sobre las 14:15h y además tampoco teníamos reserva. Preguntamos por una mesa para dos, nos apuntaron con cuatro mesas delante de nosotros y en poco tiempo, estábamos sentados y atendidos. La comida era casera, las raciones super abundantes y estaba buenísima toda. Pedimos un cachopo de ternera con cecina, queso de cabra y cebolla caramelizada y unos espaguetis al cabrales (todo para compartir entre 2, de buen comer y de beber sidra. El servicio excepcional y majísimo : . 100% recomendable y sin duda, la espera mereció mucho la pena .