3 /5
Valoración media
★
★
★
En plenas Fallas, conseguimos cenar bien sin reserva, que no es poco. Destaco la atención de Marcos, que, dentro de sus posibilidades, estuvo pendiente de nosotros durante el rato de espera en la terraza. Una vez sentados, la comanda marchó con rapidez y estaba muy sabrosa. Como punto negativo, el empleado que gestionaba las reservas no respetó los turnos de llegada sino que fue acomodando a las personas para optimizar la ocupación del local. En concreto, ubicó una familia de seis que llegó después cuando nosotros éramos cuatro. Todo ello sin dar una mínima explicación. Resultó poco profesional.