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Valoración media
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Sitio fantástico, cálido y acogedor. Decorado con mucho gusto y mucho elefante, jeje. Para detenerse en los detalles desde que entras por la puerta. El rincón de lectura es de lo mejor y la selección musical que te acompaña durante la visita es genial, nada que ver con la radio más comercial y que puedes encontrar en un sitio cualquiera. Tienes dulce y salado para elegir (para comer o beber) y todo tiene una pinta deliciosa. El trato, muy cercano y natural, algo que a veces se agradecería en otros locales... Ha sido un descubrimiento y repetiré si tengo que volver por esa zona.