El lugar es agradable, con encanto una casa de campo que llama la atención junto a un drago grande y luego la zona de restaurante amplia. Amplio aparcamiento al otro lado de la carretera. Fui a un brunch y la verdad esperaba algo más, el plato principal bueno pero con poca cantidad, un zumo de naranja que no es natural y sólo media copa, se puede mejorar bastante.