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Reseña
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Restaurante ibicenco a pie de playa. Hemos comido de maravilla: pan con alioli y aceitunas, chipirones, mejillones a la marinera, paella de pescado y marisco, riquísima y con abundante material. De postre tiramisú, tarta de limón y una especie de banoffee (era un tiramisú con base de plátano y dulce de leche, espectacular). Para rematar, café Caleta con un toque diferente que le daba unos taños de romero y copa de frígolas. Ahora en noviembre el sol se pone justo enfrente, así que ha sido perfecta la sobremesa. El personal muy amable.