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Reseña
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Llegamos después de una larga travesía en bici. La dueña una gran anfritiona, nos enseñó su casa con todo detalle. La casa tiene una pequeña piscina para poder darse un baño y tomar el sol. La cena estuvo de lujo de primero una sopa de verduras y un plato de queso de cabra con una ensalada. De segundo nos cocino un plato de cabra riquísimo y un pollo que se deshacía en la boca. La habitación confortable pero el colchón de la cama muy blando y la cama pequeña para mí. El desayuno muy correcto. En general muy bien pero recomendar la revisión del colchón. Repito la persona que regente el local muy agradable.