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Reseña
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Buscando una sidrería en la que disfrutamos comidas en 1999, sin éxito, descubrimos este restaurante. No es fácil de encontrar, con carreteras rugosas y estrechas, pero las vistas son espectaculares. El personal era amable, servicial y profesional, y los platos estaban bien cronometrados. Compartimos calamares y tortilla de bacalao como entrantes, ambos de buen tamaño y muy sabrosos. La sidra local fue un gran extra, fresca y refrescante, y real, no basura gaseosa. Para el plato principal, pedimos carne ... un poco caro, pero de muy buena calidad, cocinada perfectamente ... ¡sabrosa, no correosa! El menú de postres es bastante extenso y tiene algunas opciones interesantes. Estábamos tan impr...