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Reseña
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Qué bien se come en Logroño, y éste restaurante es muestra clara, cualquier cosa se puede pedir, la calidad de la cocina es alta, pero se sustenta en un producto de altisima cálidad. A la par van. Gusto da encontrar sitios así. Las albóndigas de centollo, magistrales, los calamares en su tinta, tiernos en su punto de sabor y hechura, los pimientos de piquillo, suculentos, como no el Alberdi, un excelente caldo para acompañar a la magnífica comida realizada.