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Reseña
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Es un bar-restaurante que ofrece menús diarios y comida a la carta. Dispone de un comedor interior y, en el exterior, cuenta con una terraza donde hay una parrilla de dos cuerpos. Los propietarios son muy amables y te hacen sentir como en casa. Pedimos un grupo de terneros y estaban muy tiernos; sí, tuvimos que compartirlos entre dos. También elegimos una fuente de patatas fritas y pimientos asados. Antes de comer, disfrutamos de espárragos gruesos, que también estaban exquisitos, y tomamos café y postre. La cuenta no llegó a 65 €. Por la amabilidad de los propietarios, la calidad de la comida y el precio, recomiendo este lugar a todos los que pasen o se encuentren cerca de Aia. Volveré al p...