4 /5
Reseña
★
★
★
★
Local encantador, muy elegante con paredes de neón que crean un bonito juego de luces. La música de fondo no es invasiva, lo que permite hablar y conversar. En el menú hay tres tipos de degustaciones o se puede pedir a la carta. Yo preferí pedir a la carta. Los platos se presentan como si fueran obras de arte y son muy sabrosos. Los camareros son muy amables y serviciales. La única pega son los postres, esperaba dulces japoneses clásicos ... tal vez mochis, y el postre que me trajeron estaba un poco congelado. En resumen, la experiencia es muy positiva. Recomendado para aquellos que no quieren ir al típico All You Can Eat.