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Reseña
★
En abril comimos en la habitación interior, la terraza estaba llena. El servicio de mesa era pobre y mal intencionado. Se olvidó de traer uno de los platos, una ensalada, que llegó, después de llamar la atención, cuando ya habíamos recibido el plato principal. La mala intención vino de un camarero cuando pedimos bebidas: una botella de vino y agua; Específicamente, pedimos una jarra de agua del grifo -en España hay una nueva legislación que obliga a los restaurantes a servir agua del grifo, sin costo adicional-; el camarero nos dijo que no era posible porque el agua en la ciudad no era bebible; nos sorprendió la respuesta, pero no lo discutimos; cuando nos íbamos preguntamos en el mostrador del bar si eso era verdad, y el que parecía ser el gerente del bar no era, que el agua. Cuando le expliqué la situación, se burló de mí, tratando de excusar el comportamiento del camarero por ser un novicio; Por cierto, dos locales que estaban en el bar, probablemente un poco borrachos, se unieron espontáneamente a la broma del gerente. Claramente no es una manera de tratar a los clientes, y todos ganar unos pocos euros más por el precio desproporcionado que cobran por el agua embotellada. En cuanto a la comida, las porciones eran bastante pequeñas, y los precios altos para tales porciones. A pesar del extraordinario entorno geográfico, no recomendaría comer en este lugar a nadie.