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Reseña
★
En este restaurante los camareros van a su bola, no atienden bien, no saben quién paga sus bebidas y quién no. La gente es grosera y bebe otras cosas. Muchas personas están ebrias con copas en la mano y pelean. Lo que más me sorprendió fue ver a un niño de unos 7 años allí, sin lugar para un niño, y algunas mujeres ya ni bailaban, solo miraban al niño. Lo siento por el dueño del lugar, pero es un lugar al que no quiero volver.