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Reseña
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Sólo he pedido en casa y algunos platos como las albóndigas eran deliciosos, pero por ejemplo los gyozas de camarones eran como comer una tortilla de camarones, algo sin sentido. Por otro lado, me parece inconcebible que con cada plato te cobran no menos de 30 centavos por un recipiente de plástico miserable que nadie te cobra y que te tiras inmediatamente. Ordenas cinco platos y te pegan un euro y medio por toda la cara, cuando tendremos que ver cuánto cuesta. Reduce muchos puntos que un servicio que el restaurante debe cubrir debe ser asumido por usted y a ese precio, nada simbólico.