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Valoración media
★
madrid, cava abajo, uno de la tarde y tres amigos caminando (centro de madrird, no hay nadie aparcar) en busca de algunas tapas y un buen vino, un lado y el otro de la calle van a ir los tascas de toda la vida con su propio nombre. Pero no es lo que estamos buscando, a mi derecha un lugar con un aspecto moderno, pero con un nombre clásico casa Lucas, vamos a tener un vino aquí y vemos que la pintura tiene el menú de las comidas, me propongo a mis amigos. Entramos en el lugar y la primera impresión es un olor de boleto que nos deja con la boca hecha agua, babeando nos acercamos a la barra y ordenamos tres cañas y luego ponemos un aperitivo paté. ya más tranquilos empezamos a ver el ambiente, en el momento más varillas. el sitio es bastante pequeño pero acogedor, lleno de pinturas modernas, como una que identifico con hecho a mano, en la entrada es el bar y en la parte inferior tiene unas cinco mesas, el camarero parece amable y dispuesto a charlar así que le pedimos las cartas y muy sorprendentemente nos las trae, hay suficiente gente pero la atmósfera es agradable (aunque se permite fumar). El menú de vino está muy bien hecho ya que encuentra vinos de toda araña y con precios muy variados, para todos los bolsillos y muchos de ellos pueden ser ordenados por tazas. Hemos decidido tener una botella de viñedos de izadi (D.O rioja en este punto ya hemos decidido quedarnos aquí para comer porque huele. gloria Nos hemos encontrado con punks y raciones de nombres fuertes (txacoli, cariñena, jumilla etc. pero con una preparación muy atractiva y original, nos sentamos en una bonita mesita En resumen, una taberna muy recomendable con una muy buena calidad/precio y jota, salimos a algunos de los medios, excelente servicio, que sí, debemos tener en cuenta que sólo hay vinos, jugos y cervezas no hay café o postres y se permite fumar, vamos una taberna de toda la vida en Madrid pero con comida creativa y buenos vinos.