Casona Santo Domingo

Fuimos a tomar un Brunch y ver la granja. La atención fue estupenda, el sitio es precioso con unas hermosas vistas. Tienen animales y la visita a ellos es muy divertida. El señor que las atiende lo hace con mucho amor y se toma su tiempo en comentarnos y enseñarnos todo. Se ve que disfruta lo que hace. Mi punto negativo es al Brunch que deja bastante que desear. La comida no es que sea mala, pero en comparación a otros es algo escaso, mucha bebida pero caliente, sirven casi todo junto, con lo que se va enfriando lo caliente y calentando lo frío. No había sino otra mesa, por lo que no era por exceso de gente o de trabajo. Otro punto negativo es que las mesas estaban al sol que molestaba bastante y te achicharrabas, aunque lo comentamos, no nos dieron opción a poner un toldo o rodar la mesa. Creo que hay cosas que son mejorables para que termine de ser un sitio de 5 estrellas, porque desde luego que el lugar lo merece.

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Pasamos una semana inolvidable en esta experiencia rural. Un hotel boutique lleno de encanto y con atención personalizada por parte de su encantadora dueña. La casona antigua esta impecablemente mantenida y tiene elementos típicos de las Islas Canarias, como dos patios canarios donde desayunas delicioso y una ubicación privilegiada detrás de un convento precioso. Detalles únicos en las habitaciones con flores naturales, sorpresas gastronómicas en los desayunos y conversaciones muy amenas e interesantes con el personal del hotel. Repetiríamos sin dudarlo.

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Un lugar especial donde desconectar en un lindo pueblo como es Güímar. Habitaciones acogedoras en un edificio lleno de rincones que invitan a relajarse.

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Excelente hotel y restaurante, tranquilo y cuidado con detalle.

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El restaurante es muy buen, much calidad y buen servicio

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