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Reseña
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Restaurante del Hotel Santa Ponsa. Suficiente para la cantidad esperada en un chateaux relais que se encuentra en medio del campo y, por lo tanto, con una audiencia cautiva. Casi ningún comensal olía a mascarilla al entrar o salir; una camarera la llevaba bajo la nariz. Comida anodina, muy de hotel: buenas croquetas, pero caras a 2.50 euros la unidad; albóndigas con sepia muy corrientes; buen servicio de camarero decepcionante: no te recibían a la llegada, unos días ponían aceite en el pan, otros días no traían aceite y había que pedirlo, si no había vaso en la mesa servían la cerveza en el vaso del agua. Había unos recipientes con sal que se reutilizaban, lo cual no es muy higiénico en tiem...