4 /5
Valoración media
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de un local como un mago se espera algo inolvidable, expectativa de que no vi cumplido. Nada en el local sugiere lujo, pero te sientes halagado cuando ves que mucha gente trabaja para ti. Eso se paga. El menú degustación es caro (120€ sin bebidas) y correcto, pero ya abundan en murcia local donde una experiencia similar viene en la mitad. demasiados platos de minimalismo y experimentación ocurren, no hay decepción, pero nadie está emocionado, a veces se vuelven más fotogénicos que cualquier otra cosa, un peligro siempre latente en la cocina alta. materia prima excepcional, sí, y el servicio cercano y correcto, pero algo no coordinado. objeciones: oferta de vino por tazas y recomendaciones muy limitadas por bartenders tímidos, sin sumers; también con quesos había explicaciones tópicas e ininteligibles; parte del menú consistía en productos que magoga no hace y sirve sin aportar nada propio, algo que no parece jotificado a ese precio (oil, una mantequilla para untar o quesos). se paga caro para apreciar la virtuosidad de un chef en sus propios platos, no para llevar la compra del supermercado a la mesa, creo; tal vez hubo algo de extravagancia o atrevimiento, como el uso de la cebolla para uno de los postres. Sin embargo, había aperitivos, platos y detalles notables, como la bomba de arroz de camarones rojos y calamares o la kokotxa de atún rojo. en general, valoración positiva, aunque en el esperado más una condena: pueden hacer mucho mejor.